CATALÀ

La rebeldía

Otro de los aspectos de nuestro niño interior es la rebeldía.

Hay etapas en el crecimiento de la persona que son más propensas a que se manifieste la rebeldía.

De los 2 a los 3 años, más o menos, el niño o niña reafirma su personalidad. Ha ganado en autonomía y ha aprendido a caminar con seguridad. Quiere ir a su aire. Es la etapa del “NO”, de las pataletas. Es una etapa difícil en la que es necesario poner límites y el niño no se los deja poner.


La otra etapa de la vida que se caracteriza por la rebeldía es la adolescencia. El chico o chica, necesita “alejarse” emocionalmente de los padres, aprender por sí mismo, de su propia experiencia. Se rebela por sistema contra todo lo que le dicen o todo lo que hacen los padres. Y en parte es necesario, para aprender a tomar sus propias decisiones, para equivocarse y rectificar, para formar y construir su propia personalidad.

Pero, ¿qué pasa cuando nos encontramos con un adulto rebelde?

Hay personas que se quedan enganchadas en esta faceta de la personalidad. Ellos creen que son libres, que deciden por sí mismos, cuando en realidad, lo que hacen no es pensar, razonar y decidir, sino actuar de manera automática, sin pensar, oponiéndose siempre a todo por sistema. No deciden. Sólo actúan por impulso.

Entonces, ¿la rebeldía es negativa?

Cuando se utiliza como única opción, cuando la persona no es capaz de pararse a pensar y razonar antes de actuar, podemos decir que sí, es una actitud poco operativa. Pero hay veces en que la rebeldía es un primer paso para abandonar el papel sumiso: en este caso, la rebeldía puede tener repercusiones positivas.

Lo que es deseable es actuar siempre desde las partes positivas de nuestra personalidad.

Cuando se ha de hacer algo que no tenemos ganas, eso que hay que hacer “porque toca”, podemos hacerlo desde la parte positiva o más sana, o en todo caso, podemos argumentar por qué no queremos hacerlo. Desde la parte negativa, el sumiso lo hará, renegando y sintiéndose mal. El rebelde, hará justo lo contrario, aunque le perjudique. El adulto se preguntará si le conviene o no. Y la parte “padre” lo hará porque es su deber. Tenemos diferentes opciones de respuesta ante cualquier situación.

La próxima semana, la intuición como inteligencia primitiva.

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