CATALÀ

El rol de víctima (2)


La semana pasada vimos la primera parte del rol de víctima, aquella que se auto-incapacita para obtener refuerzos de lástima o negativos y encontrar salvadores que les solucionen las cosas. Pero hay dos tipos más de víctimas:

La víctima “exigente”

Es un personaje que, haciendo alusión a alguna situación difícil que hubo en su vida, se tiene por merecedora de un trato “especial”. Como víctima que es, se cree con menos recursos y capacidades que las otras personas pero, además, exige que los otros lo tengan en cuenta y “bailen a su alrededor”. Cree que todo el mundo, tanto las personas que les rodean como los servicios sociales, médicos, la justicia, etc. tienen la obligación de ayudarle.



  • Juegos habituales
    • “Me han de perdonar o disculpar”. Las otras personas deben aceptarle como es, (sea maleducada, exigente, déspota, etc o bien esté siempre llamando la atención) porque “es una víctima de sus circunstancias”
    • “Es vuestra obligación”. Se cree merecedora de atenciones especiales por parte de todos.
    • “Alboroto”. Si los demás no hacen lo que la víctima quiere, organiza un alboroto: grita, llora, puede llegar a romper cosas, amenazar…
    • “Mira qué me has hecho hacer”. La persona nunca asume ninguna responsabilidad respecto a sus actos. Siempre le da la vuelta para hacer sentir culpables a los demás.
    •  “Si, pero”.  Cuando se le hace una sugerencia para que mejore su situación, pondrá mil y un inconvenientes para no hacerlo. En realidad, lo que quiere es quejarse y que se lo solucionen.
    • “Nadie me ha de decir lo que tengo que hacer”. Se puede indignar ante sugerencias de mejoría de su situación. Lo que quiere es perpetuarla y salirse con la suya.
Este tipo de personas a menudo consiguen que todo el mundo se aparte de ellas. Por más que los que les rodean se esfuercen en complacerles, nunca tienen suficiente. Sólo se quedan a su lado, personas muy sumisas y abnegadas. También es frecuente el cambio de un estado al otro. Por ejemplo, una persona que actúa desde “yo no puedo”, cuando no le hacen caso, se pasa al rol exigente, y monta un alboroto, o se indigna, etc. 

La próxima semana, la víctima autodestructiva.







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