CATALÀ

Depresión, tristeza, victimismo

Es importante aclarar las diferencias entre estos tres conceptos.

La semana pasada vimos la diferencia entre estar triste y estar deprimido. La tristeza es un sentimiento que hay que manifestar cuando hay un motivo, y que no tiene por qué conllevar una depresión.

La depresión es un trastorno que acostumbra a necesitar ayuda profesional. Es un trastorno del estado de ánimo que también se conoce como “distimia”. Veíamos que se caracteriza por un estado generalizado “sin energía”, apatía, etc. Hay depresiones que remiten de forma espontánea, pero otras se pueden cronificar y agravar. La persona va deteriorando los diferentes aspectos de su vida, empezando por la comunicación, la vida social, cada vez se encierra más en sí misma, rechaza la ayuda de los demás y las propuestas de ocio. La depresión también acaba afectando al ámbito laboral y familiar. También se nota un decaimiento incluso a nivel físico (hombros más bajos, cabeza mirando hacia el suelo, brazos echados hacia adelante, como si quisieran “tapar” la caja torácica...). Hay un abandono de la propia imagen, la persona no se arregla, incluso puede caer en la falta de higiene personal,etc.


Uno de los papeles que juega la familia más próxima es la de “obligar” a la persona deprimida a seguir una mínima rutina. Si la persona no trabaja, tendrá tendencia a pasar muchas horas en la cama. Conviene que lleve una rutina, que no se deje arrastrar por el propio abandono, que cuide de su higiene personal y de su aspecto. Si se le ha recetado medicación, controlar en la medida de lo posible que la tome. También es importante que haga alguna actividad, apuntarse a un gimnasio, a algún curso, etc. Habrá que animarle a hacerlo. Y es importante tener en cuenta, que las pastillas no curan, sólo ayudan a paliar los síntomas, a levantar un poco el estado de ánimo o a relajar, pero bajo toda depresión acostumbra a haber una causa, que habrá que trabajar con la ayuda de un psicólogo o psicoterapeuta. Y sobre todo, conviene tener mucha paciencia, no culpar a la persona por el hecho de estar deprimida. Pensemos que es una enfermedad, que la persona no es culpable de lo que le pasa.

Mención aparte merece la actitud victimista. Es la actitud de algunas personas, que se pasan la vida lamentándose por todo, y quejándose de todo el mundo. Se trata de una actitud vital. No importa cómo les vayan las cosas, siempre encuentran motivos de queja. Parece que sus problemas son más importantes que los de los demás, y que todo el mundo tiene “la obligación” de escucharles y estar por ellos. Si no son el centro de atención, se indignan y hacen sentir culpables a los que tienen alrededor. Se quejan de que todo el mundo les “deja de lado”, y se vuelven exigentes y tiránicos con familiares y amigos.
Una de las características de las personas con actitud victimista, es que no quieren soluciones. Cualquier sugerencia para animarse, hacer alguna actividad, buscar ayuda, etc., es sistemáticamente rechazada con excusas de todo tipo: “no tengo tiempo”, “no tengo dinero”, “no tengo fuerzas”..., y las personas cercanas acaban hartándose y dejando de escucharles. La parte más difícil para los familiares cercanos es no caer en la trampa de la culpa, para la cual los victimistas son grandes expertos. Aunque no es fácil, la recomendación general es “hacer por ellos hasta donde nos vaya bien” y no sentirnos culpables por no hacer más. Hagamos lo que hagamos por ellos, nos seguirán criticando y culpabilizando de “tenerles abandonados”. Es muy difícil que una persona victimista reconozca que lo es y deje de serlo. Necesita una gran actitud autocrítica y también empatizar con los sentimientos y necesidades de los demás, y estas son dos cosas que precisamente le faltan al victimista.

La semana que viene, hablaremos del miedo.

2 comentarios :

  1. Me ha gustado mucho la explicación sobre la actitud victimista, la estoy padeciendo por parte de mi pareja y es muy difícil de sobrellevar, ya no se que más puedo hacer y sólo pienso en abandonar, en tirar la toalla, en darme media vuelta y darle la espalda.
    Pero no lo hago porque sigo viviendo con la esperanza de que encuentre la luz y todo vuelva a la normalidad, ya que esta actitud la ha tomado de hace 3 años a esta parte.

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    1. Tanto la depresión como la actitud victimista se pueden tratar. Y también, desde diversas técnicas, se puede aprender a contrarrestar el efecto del victimismo. No dudes buscar ayuda profesional.
      Gracias por tu comentario.

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