CATALÀ

Las crisis de pareja (4)

Hemos visto las 3 primeras etapas de una relación: enamoramiento, fase simbiótica, y diferenciación, esta última con algunos de los puntos que hay que trabajar y acordar dentro de la pareja. Continuemos pues, viendo cómo son las siguientes etapas.

Cuando la relación se va haciendo más sólida y duradera y ya se han hablado diferentes temas que afectan a la pareja, aparece lo que se denomina la fase de prácticas. En esta fase la energía estará en el desarrollo de las diferencias individuales. Si antes la energía se centraba dentro de la pareja, ahora se centrará en hacer actividades externas. Esta independencia de los dos individuos debe ser vivida con alegría. Pero puede que una de las dos personas lo viva con angustia, mientras el otro vive de forma satisfactoria su independencia. Es común que esto conduzca a una crisis de pareja, en la cual uno se siente atado y el otro abandonado. Suele ser motivo de consulta, o de ruptura. Si se supera esta etapa de forma satisfactoria para ambos, se pasará a la quinta fase, la:

Fase de acercamiento. Cuando las dos personas se han diferenciado, como individuos, se han aceptado las diferencias por ambas partes y se vive de forma satisfactoria y con respeto mutuo esa diferenciación, habrá nuevamente un acercamiento. La intimidad tendrá una base muy sólida. Las dos personas se cuidan mutuamente y pueden estar bien, tanto haciendo cosas juntas como por separado.

Fase de interdependencia mutua. Cada uno desarrolla su vida, y la pareja forma parte de esa vida. Los problemas a trabajar son sobre la vida cotidiana, pues las bases de la relación ya están bien asentadas. Cuando uno de los dos tiene un problema, la pareja está para apoyarle. Este es el punto al que llegan las relaciones sanas de larga duración.

Hay personas, que por diversos motivos, nunca pasan de una determinada fase en ninguna de sus relaciones.

Hay personas que no pasan de la simple aventura. Mucha pasión, pero sin llegar a comprometerse ni a conocer a la otra persona.

Otras personas se quedarán en la fase romántica, en el enamoramiento, pero no pueden aceptar la diferenciación, lo viven como “el final del amor”.  Sus relaciones no llegarán a madurar. No llegan realmente a conocer quién es la otra persona.

Para superar la etapa de la diferenciación, realmente las dos personas deben estar dispuestas a negociar, a conocerse, a dialogar, a aceptar las diferencias. Es cuando nos damos cuenta de “quién es la otra persona en realidad”. Y puede ser que no nos guste lo que encontramos. O puede ser, que lo hayamos visto desde el principio, pero nos lo hayamos estado negando a nosotros mismos, minimizándolo, “no es para tanto” o pensando que el otro “ya cambiará”. Es una fase difícil, de pruebas, y si se supera, en las fases siguientes la relación se volverá sólida y estable. Es cuando la gente decide vivir junta, casarse, tener hijos, etc. Aquí, la pasión ya no es el eje central de la relación: ésta va dejando el protagonismo a la intimidad y al compromiso.

La semana que viene: factores de éxito para una relación duradera.

Telf.:605 52 52 81

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