La escuela de negocios ESADE y la
Fundación Innovación, Acción y Conocimiento, con la colaboración de Cáritas,
han realizado un estudio sobre las consecuencias emocionales que tienen los
desahucios en las personas afectadas. El objetivo último de esta investigación
fue conocer en profundidad la vivencia de los afectados durante todo el proceso
de desahucio, para identificar las emociones implicadas en cada una de las
etapas, a fin de promover herramientas que ayuden a prevenir y gestionar mejor
este proceso.
El análisis de los datos recogidos,
asemeja la vivencia de un desahucio a una montaña rusa emocional, que va desde
la alegría del momento de ver aprobada la hipoteca, hasta la preocupación por
la pérdida de un empleo, la sorpresa ante las primeras cartas del banco, la
rabia ante las primeras amenazas y el pánico al desalojo inminente. También se
han identificado sentimientos de vergüenza, culpabilidad, tristeza, ansiedad,
desánimo y abatimiento, en un proceso en el que lo desconocido e inesperado del
curso de los sucesos, multiplican la intensidad de la experiencia.
Según los resultados, todos los
participantes presentaron cuadros de trastorno por estrés postraumático,
caracterizado por rememoraciones de la situación amenazante, ansiedad, miedo,
impotencia, problemas de sueño, sentimientos de ruptura o alejamiento en sus
relaciones personales y otras repercusiones negativas en su vida personal,
social o profesional. Se identificaron, también tres casos extremos con un
colapso emocional grave y una visión extremadamente negativa del mundo.
En cuanto a los impactos más
importantes que se han identificado al final del proceso, éstos han sido:
problemas de salud, cambios en las prioridades de la vida, cambios en la
percepción personal, cambios en hábitos y rutinas, cambio en el círculo de
amistades, sensaciones de frustración y alienación frente al proceso, y
disminución de la capacidad de actuar frente a los problemas.
La investigación ha analizado
también el papel de los agentes que influyen y participan en todo el proceso, y
concluye que los afectados no encuentran apoyo ni ayudas para salir de su
situación en casi ninguno de ellos: bancos, entrono laboral e incluso, en
ocasiones, el entorno personal tampoco ayuda al afectado. Algunos organismos
sociales (como por ejemplo Cáritas o la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca) son los que sirven de ayuda y dan esperanza a los afectados, ofreciéndoles
información, consejo jurídico, apoyo económico o ayudas alimentarias.
El estudio concluye que uno de los
principales obstáculos para poder paliar los efectos psicológicos en los que
deriva todo este proceso es la falta de ayuda temprana. De esta manera, la
clave para prevenir las situaciones extremas que se producen, es intervenir
desde el principio del proceso, informando y ayudando, puesto que cuando los
afectados solicitan ayuda ya están en una situación económica y emocional muy
deteriorada, lo cual les provoca incapacidad para tomar decisiones y encontrar
salidas a su situación y esto agrava el problema, haciendo que en muchas
ocasiones se tomen medidas poco adecuadas, incluso desesperadas (como el suicidio).
Este artículo se publicó en la
revista INFOCOP, Junio de 2013, por Cristina Castilla y Susana Villamarín.
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