LOS PERROS COMPRENDEN LOS
SENTIMIENTOS HUMANOS Y SON CAPACES DE CONSOLARLOS
EMPATÍA ANIMAL
La Universidad Goldsmiths de Londres
hizo un estudio con 9 hembras y 9 machos de tamaño mediano (10 mestizos, 3
labradores, 2 golden retriever, un vizia, un pastor belga y un beagle) con un
rango de edad entre 8 meses y 2 años. Además, participaron sus 18 dueños (14
mujeres y 4 hombres), de entre 34 y 72 años, y uno de los investigadores, quien
cumplió el rol de “extraño”.
Los perros son sensibles a la
angustia de los humanos. Por lo menos así lo demuestra este estudio, que
analizó el comportamiento de perros de distintas razas frente a estímulos
relacionados con emociones de terceros. La investigación, encabezada por
Deborah Custance, del departamento de Psicología, aparece publicada en la
revista científica Animal Cognition.
Según los investigadores, cuando los perros se acercan y lamen o acarician a alguien angustiado no lo hacen en busca de recompensa, sino que lo hacen como una forma de consuelo.
Los animales fueron puestos ante personas que simulaban llorar, emitir un zumbido extraño o conversar. La mayoría de los perros participantes se acercó y tocó a los humanos que estaban llorando. Al que hacía zumbidos se acercaron mucho menos, lo que demostraría que la aproximación no es por curiosidad, sino por una empatía con la persona que sufre. Ningún perro se interesó por las personas cuando simulaban conversar.
Además, los perros se acercaron a quienes
lloraban independientemente de si se trataba de su dueño o una persona extraña.
Consultados los dueños de los
dieciocho animales estudiados sobre cuán receptivos habían sido estos a las
emociones humanas en el pasado, resultó que un número importante había
reaccionado a situaciones de tristeza de su amo, a momentos en que éste había
resultado herido físicamente, a situaciones de angustia y de alegría del dueño.
Las pruebas no se hicieron en
laboratorios, sino en el propio hogar del animal. El dueño y la persona extraña
estaban sentados pero separados por al menos dos metros, mientras que un tercer
sujeto fuera de la vista del animal registró las situaciones.
Cada animal fue expuesto al
siguiente escenario: el dueño lloraba, el extraño lloraba, el dueño hacía el
zumbido, el extraño repetía el zumbido. Además, ambas personas interactuaban en
los periodos intermedios.
El estudio contrasta con otro
realizado en 2006, en el que se simuló un ataque cardíaco del dueño. Como el
animal fue incapaz de buscar ayuda, los autores concluyeron que los animales
eran incapaces de comprender la naturaleza de una emergencia o de buscar ayuda.
Al respecto, Custance observa en el
estudio que allí se estaba buscando un comportamiento más complejo que el acto
de responder en forma empática.
La zoopsiquiatra chilena Daniela
Navarrete Talloni explica que los perros han desarrollado la capacidad de
descifrar el lenguaje no verbal de los humanos gracias a los muchos años de
domesticación y convivencia estrecha. “Son capaces de entender signos y muecas,
retos y cariños solamente con mirar a sus dueños... Entienden las sonrisas y
las lágrimas, y hacen lo posible por reconfortar en caso de ser necesario”,
comenta. Esto se explica, dice la veterinaria, porque se trata de animales
gregarios que viven en jaurías y donde necesitan entender y empatizar con los
otros integrantes del grupo.
El caso de los gatos, sin embargo,
es un poco distinto. “No es una conducta habitual porque son animales de tipo
solitario y más bien de orden jerárquico territorial, pero han aprendido
ciertas conductas de empatía muy parecidas a las de los perros”.
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