CATALÀ

El arte del ocio humanizador (3)

(Basado en la obra de Ramón Rosal, Qué nos humaniza, qué nos deshumaniza)


En los anteriores artículos hemos visto las formas de ocio humanizador. Veamos ahora lo que se entiende por pseudo-ocio, u ocio no humanizador.

         Ocio somnoliento-evasivo: La persona pasa la mayor parte del tiempo libre dormitando, aletargada, y básicamente aburrida. Suele ser una reacción a una vida laboral-cotidiana muy estresante y frustrante. La persona necesita “desconectar” de todo. El problema es que este tipo de inactividad suele comportar un auto-abandono importante. Si lo que necesitamos es regenerarnos después de una etapa o situación que nos ha desgastado mucho, es mejor elegir una forma de descanso que combine el reposo con paseos, comida sana, ejercicio suave, algo de contacto con los demás, alguna actividad intelectual o artística como leer, escribir, pintar...

         Ocio paciente-rutinario: Consiste en substituir la rutina cotidiana por otra rutina. Es típico de personas de la tercera edad, aunque también de otros. Hay una falta de estímulos y motivación, en definitiva un gran aburrimiento. No hay sorpresas, no hay emoción.

         Ocio utilitario-”aprovechón”: Hay situaciones que no nos permiten apenas dedicarnos al ocio, por acumulación de trabajo, por estar preparando exámenes o pruebas, por ejemplo, o por un cúmulo de gestiones pendientes. Pero hay otro tipo de personas que son incapaces de disfrutar del tiempo libre: padecen de activismo, de tener que hacer siempre algo “útil”. Es lo que se conoce como activismo o “neurosis del domingo”. Toda actividad debe ser productiva.

         Ocio relajante-compensatorio: Es la necesidad obsesiva de satisfacer necesidades que no están satisfechas: necesidad de sol y cielo azul, de romper con una vivencia rutinaria de la sexualidad, de “ligar”, de demostrar poder o dinero... En realidad no se trata de necesidades de “una mejor calidad de vida” sino de relajar tensiones causadas por aspectos frustrados o desatendidos de nuestra vida.

         Ocio viajero-activista: Se trata de las personas que hacen viajes valorando lo cuantitativo, sin una auténtica capacidad para contemplar, escuchar, admirarse, etc.


En resumen, las formas sanas o humanizadoras del ocio son las que nos permiten expresar nuestra sensibilidad artística, las contemplativas-admirativas, las que nos aportan bienestar tanto físico como emocional, las que nos sirven para reflexionar, divertirnos, compartir, descubrir, amar, etc., que no se hagan de forma compulsiva para compensar carencias de nuestra vida cotidiana. En todo caso, conviene hacer una reflexión de cómo vivimos nuestro tiempo de ocio y escuchar nuestras necesidades.


Telf.:605 52 52 81

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