CATALÀ

La personalidad humana (8): La personalidad respetuosa

Continuando con la descripción de los diferentes tipos de personalidad, hoy hablaré de la personalidad respetuosa. Ésta estaría dentro de las denominadas ambivalentes, es decir, que algunas veces buscan el apoyo de los demás y otras veces no, y lo hacen de forma pasiva, sin una búsqueda activa. Desarrollemos estos conceptos:


Son personas altamente organizadas y metódicas. Muy válidas para trabajos organizativos. Su conducta con los demás es correcta y cortés, sin grandes expresiones emocionales, educados, pero con formalismo y una cierta distancia. Su expresividad emocional es muy reducida, incluso ausente. En casos más extremos, pueden llegar a ser “estirados”.

Cuando estos rasgos se vuelven más extremos, nos encontramos con personas muy perfeccionistas y auto-exigentes, que a menudo serán también exigentes con los demás. También pueden pasar de ser distantes a reprimidos, incluso bloqueados emocionalmente. Su aspecto formal, llevado al extremo, se vuelve serio y solemne.

Ellos se ven a sí mismos fiables e íntegros, y en casos más extremos, escrupulosos.

Lo curioso de estas personas es que a menudo son vistas como un modelo de perfección a seguir, y van dando “lecciones” a los demás de cómo hay que comportarse: son cumplidores, pulcros, puntuales, llevan horarios estrictos que cumplen con puntualidad británica, y sus hijos acostumbran a ser los más correctos, bien educados y discretos. La cara negativa de todo esto, es la poca flexibilidad, que les lleva por un lado a tener dificultades para expresar emociones y sentimientos, y por otro a ser personas muy poco adaptables a los cambios. Cualquier contratiempo en su planificada vida es un cataclismo, incluso les puede provocar un fuerte estrés. Como no se permiten la manifestación de las emociones, estas se acaban somatizando (convirtiendo en síntomas físicos) o, a la larga, provocando depresiones o ansiedad.

En el trabajo son personas eficientes, detallistas y bien organizadas, pero también inflexibles: las normas son las normas y hay que cumplirlas, lo cual les convierte en jefes exigentes, incluso intolerantes. Se encuentran a gusto en trabajos jerárquicos con muchas normas, tipo militar o similar, donde todo está muy estructurado y marcado.

La relación con los demás es educada y formal, pero tienden más a ser autoritarios que igualitarios. Con sus superiores son complacientes, incluso serviles, buscan su constante aprobación. Esto les viene de unos padres que eran muy exigentes en cuanto a las normas, horarios, etc., padres a los que costaba mucho complacer, debido a esta hiper-exigencia, perfeccionismo y sumisión constante a las normas establecidas.

Las situaciones nuevas o imprevistas les causan angustia, y tienen poca imaginación para adaptarse. Tienen una necesidad de auto-controlarse, y como no pueden expresar la rabia o el miedo, las transforman en una rigidez extrema y hostilidad “educada”.

Uno de los rasgos asociados a estas personas es la duda constante y la indecisión. Les cuesta un mundo tomar decisiones, por el miedo a equivocarse. Todo debe estar escrito y planificado, y si no es así, se pueden pasar tiempo parados ante una decisión, sufriendo una gran angustia.

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