CATALÀ

La personalidad humana (9): La personalidad inhibida


En este tipo de personalidad el individuo se caracteriza por ser solitario, incluso aislado, y además busca ese aislamiento de forma activa, intencionada. Su conducta aparente es de alerta, son personas tímidas, con aspecto preocupado, tienen una inquietud interior constante y se perciben a sí mismas como solitarias.

Cuando sus rasgos personales se agudizan, puede aparecer el trastorno de personalidad por evitación: a diferencia de otros tipos de personas que están a gusto estando solas, los evitativos, en el fondo, desearían tener amigos y una vida social más “normal”, pero tienen enormes dificultades para relacionarse con los demás. Sufren a causa de su aislamiento pero no saben cómo solucionarlo.

Son personas extremadamente sensibles, que tienen un enorme temor al rechazo y a sentirse humilladas. La vergüenza es su principal sentimiento. A pesar de su deseo de relacionarse con los demás, su pobre autoestima y el miedo a la humillación y el rechazo les hace rehuir y evitar el contacto con los demás.

Su aspecto externo es tímido y cauteloso. Pueden parecer fríos y lejanos a los extraños, pero los que les conocen mejor, saben que son sensibles, desconfiados y evasivos.

Tienen un discurso lento y parco en palabras. Cuando se sienten amenazados por su miedo al rechazo se vuelven ansiosos y parecen dubitativos, confusos e inseguros.

Suelen ser poco activos, aunque en situaciones estresantes sus movimientos se pueden volver bruscos y nerviosos.

Están en constante alerta, y examinan cautelosamente el ambiente, anticipándose a cualquier señal que les pueda indicar rechazo o ridículo. Son extremadamente sensibles a cualquier señal, que con frecuencia interpretan de forma errónea: cualquier mala cara o respuesta ligeramente seca por parte de alguien, será malinterpretada como un rechazo, y consecuentemente se alejarán.

No suelen confiar en los demás, no tienen amigos y no suelen tener relaciones de intimidad con nadie. A consecuencia de ello, sufren y se sienten solos y rechazados. Pueden compensar su vacío creándose fantasías, escribiendo, creando música, pintando, etc.

Cuando se ven obligados a interaccionar con los demás, por ejemplo debido a su trabajo, tienen poca confianza en sí mismos y pueden cometer errores debido a su nerviosismo, ansiedad e inseguridad.

Muchas veces ese estado crónico de tensión y angustia “atrae” a los individuos perseguidores, que se reirán de ellos, agravando así sus sentimientos de rechazo y humillación.

Generalmente, en su infancia, han sufrido el rechazo de sus propios padres, debido a problemas graves de éstos (alcoholismo, marginación social) o a estilos de personalidad similares. Ese rechazo por parte de las figuras que deben aceptar y dar el amor de forma incondicional, provoca una inseguridad y auto-rechazo crónicos.

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